Grandiosa Espera

Vivimos inmersos en un mundo de complicaciones y prisas por lo que no es muy común sentarnos a pensar en las maravillas de la vida, pero aun y con las prisas hay días universales de regocijo y celebración, como lo es  el festejo del 10 de mayo, que sin duda es una fecha muy importante para todos los latinos, pues es un día consagrado a las madres y que es además el máximo tributo que se le rinde a una mujer.

Es natural creer cuando aun no se tiene la experiencia de ser madre que concebir una nueva vida en nuestro vientre es una sensación llena de hermosura y dulzura, aunque en realidad muchas veces esta tierna espera dista mucho de ser maravillosa, puesto que los cambios hormonales generan múltiples malestares que harán que el embarazo parezca ser eterno, los ascos y mareos no permiten disfrutar plenamente de los alimentos diarios, la retención de líquidos y los continuos calambres son capaces de convertir en tortuosa una simple caminata, el peso exagerado al que el cuerpo se expone resulta complicado de lidiar, la posición al dormir es incomoda, en fin, puedo continuar enumerando tantos achaques que pueden convertir la lista muy larga, con esto queda claro que la espera no es tan dulce como uno se puede imaginar pero de algo si estoy segura y es de que todo lo anterior una mujer lo puede tolerar con valor, paciencia y mucho amor, por ello una madre es capaz de amar profundamente a sus hijos desde antes de nacer y es comprensible pensar que todo sufrimiento y dolor se borrara después de que se tenga a un hijo entre brazos y poder ver por primera vez su dulce mirada.

Por todo lo anterior espero que como hijos pensemos que no basta el diez de mayo para festejar a mamá, y que seria bueno decirles cuanto las amamos diariamente no solo con palabras sino también con hechos.