El
mayor problema de la enseñanza no es deshacernos de las personas que no
trabajan en lo que les corresponde dentro de la educación sino que lo principal
es fomenta, crear, mantener y motivar a
los maestros que los lleve cada vez a
ser personas capaces de comprender que la educación no es un simple trabajo en
el que se consigue dinero o un trabajo
estable sino que es el semillero de una nueva sociedad que se está formando.
Muchas
veces se habla de estrategias que pueden ayudar al mejoramiento de las clases
dentro del aula, pero si la persona que está al frente del grupo no es capaz de
motivarse difícilmente pueden resultar estas estrategias ya que no existe
interés de uno de los principales elementos que está dentro del salón de
clases. Por tanto es necesario promover el gusto hacia lo que se está
haciendo a través de una forma nueva de
ver las cosas y su inclinación a la acción
que generen soluciones que funcionen y perduren para una educación
diferente.
Para lograr que el docente encuentre
motivación en el campo educativo es necesario poner en práctica algunas
orientaciones, sin embargo estas pueden ser poco eficaces si se toman una por
una, es necesario combinarlas ya que de esta manera dan mejor resultado. No es
una receta de cocina sino una ayuda que puede ser de mucha utilidad para
aquellos que han dejado de sentir gusto hacia la docencia o para los que tenemos un recorrido en ella, es decir, para todos.
En
primer lugar es importante escuchar la voz interior. En medio de un mundo tan
acelerado que exige cada vez hacer las
cosas con mayor rapidez, descubrimos que
siempre hay cosas que hacer, situaciones en que pensar y decisiones que tomar
sobre todo dentro del aula y no solo todos los días sino a cada minuto y
segundo. Este ritmo tan acelerado es una
parte importante dentro del aula, no obstante, muchas veces se vuelve cansado y
eso provoca cansancio y fatiga en los docentes.
Escuchar
la voz interior implica que hacer reflexión, es decir, tomar conciencia de lo
que se está haciendo y del por qué de las cosas. Es hacer aun lado todo lo que
parece urgente y detenerse ante los propios sentimientos y propósitos para
conocer lo que hay dentro de la mente y el corazón, ya que si se hace un alto
para reflexionar un poco esto llevara hacer cosas mejores. Esta orientación
tiene mucho que ver con los valores, fuentes de energía y propósitos
personales.
Es
de suma importancia hacer una reflexión en la acción, sobre la acción y en
relación con la acción, de esta manera existe un equilibrio ya no solo en lo
que yo pienso, o siento sino que va más a un nivel más alto de una simple
reflexión egocéntrica porque ahora abarca un proceso continuo en la experiencia
o prácticas en las que se está participando.
Por
otro lado es importante confiar en los proceso y en las personas asumiendo
riesgo para lograr una formación estable que involucre a los alumnos y los
docentes ya no desde un simple ámbito profesional sino desde algo más personal
que haga a los profesores valiosos en toda su persona.
La persona no es un ser que solo se dedique a
un trabajo y se relacione con personas desde una superficialidad sino que es
una persona capaz de cambiar ese trabajo en una motivación constante de alegría
Referencia
Fullan M. (1997). Escuela totales, en ¿hay algo por lo que merezca la pena luchar en la
escuela? Recuperado de Antología de
Gestión Escolar Sevilla M.C.E.P
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