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viernes, 8 de marzo de 2013

NOCIONES TEMPORALES



  Hace muchos años que el universo se formó y con él muchas cosas, desde las más pequeñas y minuciosas hasta las más grandes y complicadas. Dentro de esa creación surgió el ser más impresionante e incomparable con las demás cosas creadas, este fue, el  hombre. Una de las grandes cualidades que diferencia de los demás seres y cosas creadas es la capacidad que este tiene de pensar y de sentir.

     El hombre es muy complejo ya que dentro de él existen diferentes aspectos que lo hacen ser así. El individuo ha evolucionado y llegado a desarrollar su pensamiento formando conocimientos que favorecen el bienestar de una vida mejor.

     Hoy quiero enfocarme especialmente a uno de estos aspectos que considero uno de los más importantes para la vida del hombre. Este es el desarrollo de las nociones temporales. Debido a que el hombre es tan complejo, en su mente se desarrollan diferentes procesos que ayudan a comprender lo que pasa en su misma vida diaria como en la vida de los demás, formando así una serie de conocimientos que le ayudan a entender el tiempo.

      Dentro del proceso de de la adquisición de nociones temporales se abordan pequeñas divisiones que a la vez conforman una totalidad en el hombre. La primera es el reconocimiento del tiempo personal que se refiere a lo individual, significativo, vivencial y que no es comunicable porque es de cada persona. Después viene el tiempo convencional, es aquí donde se encuentran las medidas de tiempo.

      Finalmente el tiempo histórico, este es un tiempo colectivo que es comunicable pero muchas veces poco significativo. Dentro de este entra la cronología que se refiere al orden y la duración, la causalidad que es el hecho histórico que provoca otro, enseguida la continuidad que es la que sincroniza, es decir que son acontecimientos que se repiten más o menos al mismo tiempo; posteriormente está la diacrónica que son acontecimientos que se repiten en diferente tiempo.

     No obstante, la noción y organización temporal son conceptos difíciles de asimilar por los niños. Es decir que la adquisición de una visión clara del tiempo es un proceso lento y paulatino que abarca desde las primeras interpretaciones del día y la noche, el antes y después así como el ayer, el hoy y el mañana, hasta la compresión de la dimensión de temporalidad, usando conceptos más complejos como los días de la semana, los meses, los años y, por último, las horas.

     En este proceso de la adquisición de la percepción de la temporalidad se involucran otros dos aspectos que son: por un lado el orden que se refiere a la forma de entender la distribución y sucesión de hechos y cambios que ocurren. Por otro lado la duración  que forma el aprendizaje del tiempo físico con sus medidas, estas medidas son las horas, los días, las semanas, los meses, los años, etc.

     La evolución de temporalidad en los niños es un aspecto progresivo y natural que todo ser humano tiene que pasar. A continuación se dará un pequeño panorama de lo que se va adquiriendo a lo largo de la vida en las siguientes etapas:

      Antes del año el niño empieza acercarse a lo que es el tiempo ya que lo primero que este sentirá serán sensaciones vitales que le hacen reconocer la temporalidad como es el hambre, el sueño  e incluso el cambio de pañal. Es decir que de 0 a 2 años: la percepción temporal se asocia a las necesidades biológicas. El niño adquiere conciencia de las nociones básicas de mañana, tarde o noche en función de sus tiempos de sueño o alimentación.

     Al año se empieza a estabilizar las series, no obstante, estas siguen siendo subjetivas. Es capaz de anticipar sucesos a partir de antecedentes ya conocidos, reconoce que cada acción posee su propio tiempo. El sentido de pasado, presente y futuro es muy difuso y sus acciones son inmediatas.

     Cuando tiene dos años anticipa un futuro próximo, es decir, que nace un cierto sentido de pasado, presente y futuro. En esta etapa aún no existe ningún tipo de subdivisión o estructura interna.

      Se considera que a los tres años tienen cierto conocimiento de ritmos cotidianos. A los cuatro años en su mente hay subdivisiones, va aprendiendo a conjugar las distintas formas de los verbos (no precisamente sabe que lo está haciendo), es capaz de organizar el horizonte temporal además puede hacer ritmos diarios en secuencias ordenadas.

       En la etapa de los cinco años empieza a existir en la mente del niño el ayer y el mañana, anteayer y pasado mañana. Ordena las cosas en dentro de este pasado y futuro, además que empieza a interesarse  por el futuro no inmediato, sin embargo, aún no concibe el tiempo como algo continuo y objetivo. A los seis ubican el ayer y el mañana.  Se pude decir entonces que de 2 a 6 años: el niño comienza a entender las nociones de velocidad (lentas y rápidas) e inicia la clasificación de acontecimientos en orden de sucesión.

     Cuando tiene siete años existe un dominio considerable de los sistemas temporales convencionales, su capacidad se empieza a desarrollar para hacer operaciones matemáticas, además empiezan a comprender el concepto de número.

     Cuando llegan a los ocho años poseen un dominio de sistemas temporales, saben calcular cuántas horas pasan y ordenan diversos hechos relacionados con el curso. Una vez que llegan a los nueve años el niño ya conoce los meses, sabe cuántos días hay en este y conocen que pasó en ese tiempo.

      Los de diez años identifica los meses y sabe decir lo que pasó hace un mes, lo que está pasando y lo que pude venir. También sabe identificar las estaciones del año. En la etapa de los once años además de ubicar las estaciones del año sabe en qué momento ocurren.

      El niño de doce años conoce cuantas horas tiene un día, cuántos días tiene un mes, sabe lo que es un año y es capaz de realizar operaciones complejas con el tiempo. A los trece años puede hacer equivalencias horarias en diversos lugares del planeta. Y a los catorce años conoce el tiempo estelar, no obstante sigue desconociendo aspectos temporales de carácter convencional.

     Es muy importante lo antes mencionado porque si realmente se ha logrado este proceso en el niño es fácil entender las nociones temporales, pero si de lo contrario no se han adquirido bases firmes y fuertes será muy difícil entender los cambios históricos que ha habido porque aún no se ha formado ese sentido de noción temporal.

     Considero que es muy importante que seamos conscientes de la importancia de la adquisición de las nociones temporales ya que si no es así nunca se podrá llegar realmente a la comprensión de la historia y los futuros niños estarán igual que muchos de las generaciones actuales sin comprender y asimilar el pasado que forma parte de nuestra historia.

     Pienso que en la medida en que se tome la importancia que tiene el conocer y reflexionar acerca de este aspecto se podrá llegar muy lejos. Es necesario pues que nosotros como futuros docentes busquemos las maneras de hacer que se entienda,  comprendan y adquieran las nociones temporales respetando el proceso de cada etapa pero poniendo todo lo que este de nuestra parte para poder lograrlo.

1 comentario:

  1. ME ENCANTA ESTE TEMA, PERO CREO QUE TOMARLA JUNTO CON ESPACIALIDAD ES MUCHO MEJOR YA QUE CASI SE DESARROLLAN A LA PAR O AMBAS SON MUY NECESARIAS EN HISTORIA PORQUE DE VERDAD MUCHOS NOS CONFUNDIMOS EN HISTORIA POR FALTA DE ELLAS :D ME GUSTÓ TU TRABAJO ANA

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