Una vez
alguien dijo “me cayó el veinte”…
Cuanto
te cae el veinte es cuando llegas a darte cuenta de muchas cosas que antes te
eran difíciles de verlas, pero en el momento menos inesperado, llega esa luz a
la que llamamos el veinte. Quizá en realidad lo que sea es una toma de
conciencia de lo que es la realidad que muchas veces pasamos desapercibida.
Pues en
esto días ocurrió algo en mi vida que me hizo caer a la cuenta de muchas cosas,
principalmente descubrir que en un niño
siempre habrá bondad, sencillez e inocencia.
Dentro
de la escuelita en la que estoy trabajando, existen muchos pequeños con
diferentes situaciones que son desconocidas, pero en la medida en que entras en
contacto con ellos descubres una realidad sorprendente que encierra su vida. Cada
niño es diferente y cada uno viene trayendo los problemas, o dificultades de
casa; pero lo curioso es que siempre tiene una sonrisa que dar a los demás,
especialmente para su “Maestra”.
Pero
eso no es todo, además de ofrecer lo que ellos son, ofrecen lo poco que tienen
y lo que consiguen gracias a su trabajo. En esta temporada que empieza la fresa
muchos de los niños van a trabajar en el corte de esta. Su horario es de 6:00
am hasta las 2:00 pm. Su trabajo es para conseguir algunos ingresos económicos,
los cuales son destinados para ayudar a sus familias o para comprarse alguna
cosa para ellos.
Lo
curioso de esta historia es que los cortadores de fresa no pueden tomar ninguna
cuando terminan el corte, porque de lo contrario se les descuenta una caja o
bote de lo que han cortado. (No estoy de acuerdo con el robo, pero creo en la
justicia). Uno de los cortadores que es
un niño arriesgándose a todo, toma una cajita de fresa para llevársela a su
maestra, la acomoda de tal modo que esté presentable para ella.No fui la
maestra a la que le llevaron las fresas pero si fui la afortunada testigo de saber cómo las consiguió, porque él me lo platicó. La historia acaba con la entrega de fresas a
su maestra. La cual la recibe sorprendida y muestra gratitud.
La
trascendencia de hecho es descubrir cómo para los niños es muy importante la
persona que les muestra su afecto y que está dispuesta a escuchar, comprender y
ayudar a los demás especialmente a sus alumnos, es decir a ellos. Es la actitud
la que marca a los pequeños de prepararse cada mañana o cada tarde para
conseguir que ellos sean los entren en un aula en donde pueda a prender aunque
los medios no sean tan apropiados. Es el buscar la significatividad de la vida para trasmitirlas a otros y
encontrar respuesta en los detalles que los pequeños tiene para con uno.
Seamos
maestros que ayudemos a otros a salir adelante, velando no por intereses
personales sino por un interés común que al final de cuentas son las
generaciones nuevas que pasan por nuestras manos…
Dejemos
que nos sigan cayendo veintes para redescubrir un nuevo significado a la vida y
a lo que hacemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario