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viernes, 8 de marzo de 2013

EL NIÑO DE LAS FRESAS

LES COMPARTO UN GRAN APRENDIZAJE EN LA EXPERIENCIA DE SER DOCENTE...


 Una vez alguien dijo “me cayó el veinte”…

Cuanto te cae el veinte es cuando llegas a darte cuenta de muchas cosas que antes te eran difíciles de verlas, pero en el momento menos inesperado, llega esa luz a la que llamamos el veinte. Quizá en realidad lo que sea es una toma de conciencia de lo que es la realidad que muchas veces pasamos desapercibida.



Pues en esto días ocurrió algo en mi vida que me hizo caer a la cuenta de muchas cosas, principalmente descubrir  que en un niño siempre habrá bondad, sencillez e inocencia. 

Dentro de la escuelita en la que estoy trabajando, existen muchos pequeños con diferentes situaciones que son desconocidas, pero en la medida en que entras en contacto con ellos descubres una realidad sorprendente que encierra su vida. Cada niño es diferente y cada uno viene trayendo los problemas, o dificultades de casa; pero lo curioso es que siempre tiene una sonrisa que dar a los demás, especialmente para su “Maestra”.

Pero eso no es todo, además de ofrecer lo que ellos son, ofrecen lo poco que tienen y lo que consiguen gracias a su trabajo. En esta temporada que empieza la fresa muchos de los niños van a trabajar en el corte de esta. Su horario es de 6:00 am hasta las 2:00 pm. Su  trabajo es  para conseguir algunos ingresos económicos, los cuales son destinados para ayudar a sus familias o para comprarse alguna cosa para ellos. 

Lo curioso de esta historia es que los cortadores de fresa no pueden tomar ninguna cuando terminan el corte, porque de lo contrario se les descuenta una caja o bote de lo que han cortado. (No estoy de acuerdo con el robo, pero creo en la justicia).  Uno de los cortadores que es un niño arriesgándose a todo, toma una cajita de fresa para llevársela a su maestra, la acomoda de tal modo que esté presentable para ella.No fui la maestra a la que le llevaron las fresas pero si fui la afortunada  testigo de saber cómo  las consiguió, porque él me lo platicó.  La historia acaba con la entrega de fresas a su maestra. La cual la recibe sorprendida y muestra gratitud.

La trascendencia de hecho es descubrir cómo para los niños es muy importante la persona que les muestra su afecto y que está dispuesta a escuchar, comprender y ayudar a los demás especialmente a sus alumnos, es decir a ellos. Es la actitud la que marca a los pequeños de prepararse cada mañana o cada tarde para conseguir que ellos sean los entren en un aula en donde pueda a prender aunque los medios no sean tan apropiados. Es el buscar la significatividad  de la vida para trasmitirlas a otros y encontrar respuesta en los detalles que los pequeños tiene  para con uno.

Seamos maestros que ayudemos a otros a salir adelante, velando no por intereses personales sino por un interés común que al final de cuentas son las generaciones nuevas que pasan por nuestras manos…

Dejemos que nos sigan cayendo veintes para redescubrir un nuevo significado a la vida y a lo que hacemos. 

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