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lunes, 4 de marzo de 2013

El sapito que supo descubrir el tesoro

Hola compañeros: les comparto un pequeño cuento que nos puede ayudar con nuestros alumnos y también a cada uno. Se trata de encontrar el tesoro que tenemos dentro, sin importar los prejuicios, ideas o críticas que escuchemos externamente. 

Es bueno que antes de iniciar nuestras clases, les narremos a nuestros alumnos un pequeño cuento que les dejé una enseñanza. No importa la edad que tengan, un cuento a todos nos gusto.

Este era un sapo de la especie más pequeña que miden unos dos centímetros aproximadamente.

Sucedió que un día  iba caminando por la orilla de la laguna y de pronto escuchó tremendas carcajadas, se dio cuenta que eran varios animales que cantaban y bailaban al son de una guitarra.

Se acercó lentamente para  no ser escuchado, y de pronto surgió un silencio. Nuevamente escuchó una voz,  y esta era la del maestro Conejo.

Conejo hablaba de las dificultades que muchas veces se encuentran en el camino y las diferentes formas de aprender de unos y otros. Dijo: -A partir de hoy trataremos de ayudarnos cuando nos cueste trabajo alguna cosa, pero sobre todo nos impulsaremos a encontrar  el tesoro que hay dentro de cada uno-.

El sapo lentamente  se retiró tan despacio como llegó. Se fue con una gran ilusión de encontrar en sí mismo el tesoro que seguramente estaría dentro.

 Al encontrarse con los demás sapos de su colonia, le preguntaron: - ¿De dónde vienes?- él les contó lo sucedido en su paseo.

Todos se rieron de él y le dijeron que jamás sería como esos animales que conoció en la laguna, porque él era torpe, feo, ignorante y que jamás saldría de esa colonia de sapos ya que siempre habían sido rechazados y calificados por rebeldes. Además se decía que su conducta era la peor de todos los animales y que jamás un maestro podría quererlo porque se escuchaban comentarios de maestros que no aceptaban a los sapos.

El sapito lloró desilusionado y amargamente. Una lágrima cayó sobre el agua y al ver su rostro reflejado recordó las palabras de Conejo El tesoro está dentro”. Nuevamente recobró las fuerzas y decidió ir con Conejo quien lo aceptó con gran gusto. 

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