¿Por qué hay niños que no aprenden?
“No podía hablar, no podía leer, no podía hacer
nada bien”.
“No me di cuenta de que había en mi algo distinto,
sino hasta que comencé a ir a la escuela”.
“No hablaba como los otros niños ni soportaba
estarme quieta”.
“La maestra me regañaba porque me levantaba de mi
pupitre”.
“No hacia otra cosa que afilar mis lápices”.
“Era incapaz de seguir la clase porque no podía
leer como los demás”.
“Nunca pude aprender a leer el reloj”.
“Siempre he tenido problemas para saber cuál es la
mano derecha y cuál es la izquierda”.
Este tipo de problemas que describen los niños que
presentan dificultades de aprendizaje, a quienes aterran los exámenes escolares
y las repercusiones de sus fracasos en el ambiente escolar y familiar. En la
escuela esto les ocasiona burlas de sus compañeros y a veces de sus mismos
maestros. En su hogar los regañan y castigan por su falta de dedicación, por su
desinterés en el estudio. Los padres y maestros se preguntan: ¿Por qué no
aprende este niño? Es inteligente. A veces me sorprende con razonamientos de
alto nivel o con muestras de una gran iniciativa y capacidad creadora. ¿Por qué
fracasa en sus estudios?
“EMOCIÓN, AFECTIVIDAD Y APRENDIZAJE”
¿Sera posible que los trastornos de la afectividad
y de la vida emocional del niño puedan alterar el curso de su aprendizaje? El
proceso funcional del aprendizaje lo podemos explicar en base a circuitos que
se inician con la estimulación ambiental recibida y se cierran con la respuesta
motora que suscita.
Cuando el niño aprende a hablar, el circuito
fisiológico de este aprendizaje se nutre de la estimulación auditiva que
recibe, la capta, la interpreta y finalmente, responde por medio de las vías
eferentes de conducción nerviosa que regulan la motricidad de los órganos
articulatorios, para poder hablar. Así todos los aprendizajes conducen a una
reacción motora tendiente a una mejor adaptación ambiental. La emoción es un
producto del ambiente que puede producir reacciones orgánicas, como la
inhibición de la respuesta, un espasmo, un
exceso de tono muscular o un bloqueo que paralice la actividad. Así la
influencia del psiquismo en la fisiología nerviosa se traduce en procesos
químicos internos de alta complejidad, que pueden modificar la estructura
neuronal temporal o definitivamente, según la naturaleza y severidad del
conflicto.
La cadena funcional que rige las alteraciones
psicosomáticas se inicia con estímulos sociales relacionados con la vida
emocional y sentimental del individuo, que provocan reacciones viscerales o
psicomotoras por la acción del hipotálamo y el sistema límbico.
Este último ha sido llamado “cerebro emocional”,
por ser el que controla la emoción y la efectividad, estableciendo un puente
entre el sistema nervioso que rige la vida vegetativa (visceral) y el sistema
nervioso que rige la vida de relación (entre el individuo y el ambiente).
El esquema de Delay muestra de una manera muy
objetiva las principales estructuras que intervienen en el control regulador
del comportamiento.
Los trastornos de la afectividad suelen presentar
ciertos síntomas como:
- Ambivalencia afectiva: que consiste en la coexistencia de sentimientos contrapuestos, que hacen que el sujeto pase de la alegría a la tristeza; del amor al odio o rechazo, sin ninguna justificación aparente. Esto trae consigo la “perplejidad” o incapacidad de decidir y la dificultad de situarse respecto a si mismo.
- Angustia y ansiedad: que consiste en temores sin motivo concreto, con la sensación de peligro y de encontrarse indefenso.
- Inestabilidad emocional: que puede venir junto con discordancia o inadecuación afectiva, como cuando el individuo ríe mientras relata una desgracia.
- Incontinencia afectiva: o exposición incontrolada de los afectos; impulsividad o agresividad.
- vDisforia: o estado de mal humor, descontento general constante. En el escolar, un síntoma que generalmente acompaña a los trastornos de la afectividad es el hecho de que responde físicamente a preguntas difíciles y fracasa en las fáciles.
Valet afirma que: “casi siempre el niño mayor de 8
a 9 años que aun tiene problemas de articulación, tiene riesgo de problema
emocional y se bloquea fácilmente”.
La inestabilidad psicomotriz: consiste en falta de
inhibición y de atención, necesidad constante de cambios y movimientos, con
palabras y gestos entrecortados, falta de control de la impulsividad:
1.
La inestabilidad: “subcoreica”, de aparición precoz, que consiste en una
ausencia de inhibición motora que generalmente desaparece con la edad.
2.
La inestabilidad “afectivo – caracterial”, que es más dependiente de la
acción del medio. En este grupo encontramos trastornos de la personalidad que
han aparecido desde los primeros años de vida del niño.
En general los padres, maestros y hasta los amigos
y compañeros responden con un mal manejo de la situación, con rechazo abierto y
agresiones, favoreciendo la ansiedad del paciente.
Es así como se encadenan hiperactividad,
inestabilidad emocional y ansiedad, fenómenos generalmente vinculados entre sí.
Dentro de los síntomas que definen al niño inestable tenemos la alteración del
esquema corporal, como producto de su hiperactividad e inestabilidad emocional.
El niño que integra inadecuadamente el esquema corporal percibe defectuosamente
el espacio y se perturba la totalidad del proceso perceptivo, lo cual da origen
a otros círculos viciosos que repercuten en obstáculos del desarrollo y del
aprendizaje escolar.
ACCIÓN DEL HOGAR
La familia es la institución social que dirige la
formación física, moral y espiritual del niño. Es en el hogar donde crece y se
desarrolla acorde a los preceptos dictados por sus padres. La influencia del
hogar puede acelerar o detener la evolución infantil en todas las áreas que
esta abarca. Un niño bien estimulado, al que se le habla mucho, que se le
quiere y se le atiende como necesita, aprenderá a hablar, a caminar, a leer y
escribir, y su desarrollo cognoscitivo y psicomotor será más firme que el del niño
al que le falto estimulación y apoyo.
Todos los elementos de la familia influyen en la
educación del niño, pero los directamente responsables son los padres. Son
ellos los que moldean a su hijo de acuerdo a la escala de valores que poseen y
según las metas y expectativas que pretenden alcanzar en la formación de sus
hijos. Los patrones socioculturales de cada familia son únicos. Cada una tiene
sus rasgos propios, que son una consecuencia de la formación educativa de cada
uno de los progenitores, de su nacionalidad, su religión, su raza, su lengua,
su mentalidad, su nivel cultural, etc.
La dinámica familiar, la armonía o desarmonía en
sus relaciones conyugales, la organización de los papeles de autoridad y guía,
de derechos y obligaciones que rigen su sociedad matrimonial, todo va a
repercutir en la formación de la personalidad del niño.
INFLUENCIA DEL NÚCLEO FAMILIAR EN EL APRENDIZAJE
ESCOLAR
Se analiza y se trata de determinar los elementos
causales que puede producir los fracasos escolares.
¿Es posible que niños con buena capacidad para el
aprendizaje tengan bajo rendimiento escolar debido principalmente a la
influencia negativa de su familia?
¿Es posible que niños con alguna incapacidad de
aprendizaje de origen neuro genético superen en parte sus dificultades en un
clima familiar adecuado?
Buscando respuesta a la primera pregunta, podemos
referirnos a una investigación realizada por el doctor Raúl Usandivaras, la
cual fue publicada en 1982.
A un grupo de niños con dificultades de aprendizaje
con problemas de adaptación social en la escuela o con ambos, se les aplico dos
baterías de pruebas: una individual y otra familiar.
La batería individual de pruebas evalúa aspectos
personales relacionados con la postura del niño ante nuevos aprendizajes, tales
como: el contacto que establece con nuevos elementos, su curiosidad por
conocerlos, la posibilidad de plantear diversas soluciones a un mismo problema,
el control de su impulsividad, su capacidad de reflexión y habilidad para
captar aprendizajes espontáneos e intencionales.
La batería familiar de pruebas está dirigida para
conocer las características propias que rigen las relaciones sociales del niño
con sus padres. A esto agrego observaciones sobre la capacidad paterna para
enseñar un tema escogido por el niño o sus padres, fácil de explicar en un
momento preciso.
A través de este estudio se pudo comprobar como la
influencia negativa de la familia puede disminuir el rendimiento escolar de
niños con buena capacidad para el aprendizaje.
En relación a la segunda pregunta, un clima
familiar acogedor, afectuoso y comprensivo contribuye a reforzar la autoestima
del niño en sus capacidades, y lo impulsa a vencer sus propias deficiencias. De
ahí la importancia de analizar de los distintos tipos de grupos familiares.
CLASIFICACIÓN DE LAS FAMILIAS
Desde el punto de vista cuantitativo, podemos
clasificar a las familias por el número de sus miembros:
v Familias completas: formadas por el padre, la madre
y uno o más hijos.
v Familias incompletas: Cuando la falta del padre o
la madre o ambos progenitores. Las causas pueden ser la perdida natural o
muerte, el divorcio o el abandono.
v Familias sobrepobladas: Cuando se integran al núcleo
familiar básico otros parientes o personas como: abuelos, hijos adoptivos, tíos,
amigos, etc.
Desde el punto de vista cualitativo las familias
pueden ser:
v Familias organizadas: Están basadas en el respeto
mutuo y asumen sus derechos y responsabilidades con la madurez necesaria. La
dinámica de sus relaciones sociales se finca en los lazos de amor que los unen,
en su confianza y entrega plenas y el deseo de vivir con sus hijos y para sus
hijos.
v Familias desorganizadas: Cuando tienen serios
conflictos que constantemente amenazan la paz del hogar. En ella reina el
desorden y la anarquía, la lucha por el poder, o ambas.
Las actitudes negativas de los padres que integran
una familia desorganizada pueden ser: autoritarismo exagerado, sobreprotección,
indiferencia o frialdad en el trato con sus hijos, o contradicción entre los
lineamientos educativos que siguen el padre y la madre.
Los hijos provenientes de este tipo de familias
pueden verse afectados en su rendimiento escolar y en el desarrollo global de
su personalidad. Continuamente sienten el temor de un posible rompimiento o
disolución de su familia, y esto les ocasiona zozobra, angustia, ansiedad y
conductas negativas producto de su equilibrio emocional.
NECESIDADES AFECTIVAS Y EMOCIONALES DEL NIÑO
Amor, protección, estimación. En primer término, el
niño necesita del amor de sus progenitores
para poder subsistir. Sus primeros años de vida dependen del cuidado y
solicitudes que le brindan sus padres, y en forma muy especial, su madre. Las
consecuencias del rechazo o desamor maternos alcanzan serias repercusiones en
el desarrollo físico, psicomotor, intelectual y espiritual del niño.
Un niño sin amor no crece, no evoluciona, no tiene
deseos de comunicarse ni de avanzar hacia superación. Los problemas planteados
por la “de privación” o “desaferentación de afectos”, ofrece una amplia
bibliografía que demuestra la importancia del establecimiento de lazos
afectivos filos maternos para el desarrollo de la personalidad y equilibrio
emocional del niño.
La necesidad de amor no se limita a los primeros
años de vida del niño, la sigue necesitando siempre. Debe sentir el apoyo firme
de una familia organizada donde reine el amor y el afecto.
El amor que los padres sienten hacia su hijo los
conduce a protegerlo y apoyarlo, aceptarlo como es y comprenderlo. La presión
exagerada que ejercen algunos padres sobre sus hijos pretendiendo que sea “el
mejor de todos”, “el más importante” “el más sobresaliente”, “el más
inteligente”, el más audaz”, siempre el
mas… el mas… “puede ser perjudicial para el niño y alterar su equilibrio
interior.
Los padres que adoptan esta actitud estan obrando egoístamente, pretendiendo quizás que su hijo logre lo que ellos no puedieron alcanzar, subestimando los verdaderos valores de la vida, sin tomar en cuenta la necesidad del niño de jugar de vivir una infancia feliz.
¿Por qué hay niños que no aprenden?
Margarita Nieto H.
Ex catedática de la Escuela Normal de Especialización.
Fundadora del primer centro de niños disléxicos, México, D. F.
E.Científicas
La prensa Medica Mexicana, S.A.
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