Antes de ser radicales y opinar que una situación es mala o que no resultaría debemos sentarnos a pensar si el camino por el que queremos ir trae consigo las consecuencias esperadas, es decir cada decisión trae consigo consecuencias distintas, solo es cuestión de ver detalle a detalle cada causal y pensar si es en ese momento lo que estamos buscando.
Para tratar de tomar decisiones acertadas existe un proceso que consta de los siguientes pasos:
Identificar y analizar el problema
Identificar los criterios de decisión y ponderarlos
Definir las prioridades
Generar posibles soluciones
Evaluar las opciones
Elejir la mejor
Aplicar
Analizar el resultado.
Sin duda sabrás ahora que una buena decisión no se toma tan a la ligera, ni se confía a los azares del destino, debes pensar en que tu eres el responsable de tus acciones y que no debes culpar a el destino, aunque muchas veces algunos eventos son por causalidades de la vida, el resultado de la misma se debe a las opciones que tu has tomado de ella misma.
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