¿PÉRDIDA DE VALORES FAMILIARES o FALTA DE REGLAS DE LOS PADRES?
¿PÉRDIDA DE VALORES FAMILIARES O FALTA DE
REGLAS DE LOS PADRES?
Nos
encontramos con chicos adolescentes a los cuales les llamamos la atención por
alguna conducta que nosotros consideramos inadecuada, casi siempre dando
razones que nosotros consideramos válidas de acuerdo a las normas de conducta
que hemos practicado, pero el adolescente muy hábilmente nos contesta “eso era
en tus tiempos” o “estamos en otra época”… y es entonces cuando nos preguntamos
¿los valores han perdido? O ¿las reglas que le ponemos a nuestros hijos son escasas?
Comencemos
por los valores, se dice mucho que en nuestra sociedad actual se han perdido,
que ya no hay entre los adolescentes y jóvenes de ahora y que nuestros niños
poco saben de su existencia. Pero más que pérdida de valores es un cambio,
junto con la sociedad, la tecnología, las ideas y pensamientos van cambiando,
así mismo los valores, ya no son los mismos.
La
jerarquía de valores de hace 60 años no son los mismos que de hace 40 ni que
ahora. Aunque hay algunos que permanecen en primer lugar, otros se van quedando
abajo. Quizá por los mismos cambios sociales, familiares y tecnológicos. Las necesidades
son diferentes, las costumbres y tradiciones, aunque queremos mantenerlas se
han ido modificando.
¿Cuál es la importancia de la educación en valores?
- La educación en los valores ayudan a crecer y
hacer posible el desarrollo armonioso de todas las cualidades del ser
humano.
- Se hace necesario aprender, porque los valores
nos acompañan toda la vida.
- Aprender como es uno mismo, que significan los
sentimientos, como hacerse entender y como entender a los demás.
- Aprender a escuchar, a estar disponible, a ser
tolerante, a trabajar, a ganar o perder, a tomar decisiones.
Por
otro lado el marcar clara y bien definidas las reglas en casa es cuestión de
los padres, al igual que el hacer que éstas sean respetadas y de la misma
manera la autoridad, mostrarnos permisivos no ayuda, ni ser “amigo” de los
hijos, recordemos que ellos ya tienen muchos amigos y que lo que necesitan es
una persona adulta en la cual puedan confiar y que le sepa orientar.
La
disciplina sigue siendo tan importante en la educación de un adolescente como
durante el resto de la infancia. La diferencia es que conforme se van haciendo
cada vez mayores, los adolescentes cuestionan cada vez más las normas y límites
que sus padres les imponen. Sin embargo la disciplina es una herramienta básica
en la formación de una persona responsable y estable, así que es muy importante
tener unas normas y límites bien definidos y exigir que todos los respeten.
Estos
son algunos puntos que nos pueden ayudar con la disciplina, no solo como padres de familia, sino también como
docentes, en el salón de clase:
Ayudarles a expresar sus sentimientos. Si un hijo
adolescente le pega a un hermano menor, es importante preguntarle por qué lo ha
hecho, y pensar en otras formas de desahogar su enfado
Expresar reconocimiento cuando su hijo
adolescente logra comportarse como es debido. Si llega a casa a la hora
acordada por ejemplo, darle las gracias. Si obtiene buenas notas en la escuela,
darle la enhorabuena
Permitir que participe tu adolescente cuando se fijen
normas nuevas. Esto no sólo será una forma de enseñarle el arte de la
negociación (algo que le servirá durante toda su vida), sino que le implicará
de tal forma que se sentirá más obligado a cumplir con las reglas. Además, si
nota que no eres intransigente y estás dispuesto a escuchar su opinión,
aprenderá a hacer lo mismo.
Dar ejemplo. Si un padre o una madre le grita a su hijo
adolescente, está enseñándole indirectamente que es una opción válida en caso
de desacuerdo, en vez de enseñarle negociar o debatir. En vez de gritar, pare y
cuente hasta diez antes de hablar y enseñarle a tu hijo a discutir de forma
sosegada e inteligente. Los gritos solamente alejarán más a su adolescente.
Darle alguna margen de decisión en el momento de
organizar las tareas que debe realizar. Sentarse con su hijo, papel y lápiz,
explicarle todas las tareas domésticas, y decidir conjuntamente cuáles serán
sus responsabilidades
Ser siempre justos. Los padres somos
humanos, y a veces nos exasperamos y imponemos una regla nueva o un castigo
porque estamos cansados o hartos. Hay que evitar esta situación, pensarlo muy
bien antes de introducir nuevas reglas o cambiar una existente, y explicar de
forma sosegada el motivo a tu adolescente
Ser muy consistentes y firmes. Por ejemplo, si
la norma es hacer los deberes antes de jugar a la playstation, es importante
ser inflexible y no cambiarlo nunca, incluso si tu adolescente llega a casa con
amigos. Cuando tu adolescente aprende
que no vas a ceder, dejará de insistir (aunque esto puede tardar años y
supone uno de los aspectos más agotadores de ser padres de adolescentes). Si
cedes, tu adolescente cuestionará no sólo esta norma repetidas veces, sino
otras también
Ser fiel a tus principios. Probablemente has
escuchado muchas veces estos típicos reproches de hijos adolescentes:
"Siempre soy la primera que se tiene que ir a casa"; "Pues los
padres de Pedro le dejan hacerlo"; "Los padres de Marta la dejan
hasta las 12.00...". Y es fácil tener la tentación de ceder. Pero todos
tenemos nuestros propios valores, y es importante que nuestros hijos
adolescentes aprendan a respetar los nuestros. Explícales que todos somos
distintos, y cuando protestan y dicen que ojalá su familia fuese distinta,
respira hondo y recuerda que ésta es una reacción típica en los adolescentes y
realmente no piensan así. Simplemente forma parte de la adolescencia cuestionar
el sistema que les sigue controlando e intentar mover los límites.
Analicemos entonces que es lo que falta en casa… y
como docentes que puntos debemos estar
de acuerdo con los padres de familia para que nos funcione adecuadamente
la disciplina en el salón de clase.
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