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miércoles, 17 de octubre de 2012

¿PÉRDIDA DE VALORES FAMILIARES o FALTA DE REGLAS DE LOS PADRES?

¿PÉRDIDA DE VALORES FAMILIARES o FALTA DE REGLAS DE LOS PADRES?
¿PÉRDIDA DE VALORES FAMILIARES O FALTA DE REGLAS DE LOS PADRES?
Nos encontramos con chicos adolescentes a los cuales les llamamos la atención por alguna conducta que nosotros consideramos inadecuada, casi siempre dando razones que nosotros consideramos válidas de acuerdo a las normas de conducta que hemos practicado, pero el adolescente muy hábilmente nos contesta “eso era en tus tiempos” o “estamos en otra época”… y es entonces cuando nos preguntamos ¿los valores han perdido? O ¿las reglas que le ponemos a nuestros hijos son escasas?
Comencemos por los valores, se dice mucho que en nuestra sociedad actual se han perdido, que ya no hay entre los adolescentes y jóvenes de ahora y que nuestros niños poco saben de su existencia. Pero más que pérdida de valores es un cambio, junto con la sociedad, la tecnología, las ideas y pensamientos van cambiando, así mismo los valores, ya no son los mismos.
La jerarquía de valores de hace 60 años no son los mismos que de hace 40 ni que ahora. Aunque hay algunos que permanecen en primer lugar, otros se van quedando abajo. Quizá por los mismos cambios sociales, familiares y tecnológicos. Las necesidades son diferentes, las costumbres y tradiciones, aunque queremos mantenerlas se han ido modificando.
¿Cuál es la importancia de la educación en valores?
  • La educación en los valores ayudan a crecer y hacer posible el desarrollo armonioso de todas las cualidades del ser humano.
  • Se hace necesario aprender, porque los valores nos acompañan toda la vida.
  • Aprender como es uno mismo, que significan los sentimientos, como hacerse entender y como entender a los demás.
  • Aprender a escuchar, a estar disponible, a ser tolerante, a trabajar, a ganar o perder, a tomar decisiones.
Por otro lado el marcar clara y bien definidas las reglas en casa es cuestión de los padres, al igual que el hacer que éstas sean respetadas y de la misma manera la autoridad, mostrarnos permisivos no ayuda, ni ser “amigo” de los hijos, recordemos que ellos ya tienen muchos amigos y que lo que necesitan es una persona adulta en la cual puedan confiar y que le sepa orientar.
La disciplina sigue siendo tan importante en la educación de un adolescente como durante el resto de la infancia. La diferencia es que conforme se van haciendo cada vez mayores, los adolescentes cuestionan cada vez más las normas y límites que sus padres les imponen. Sin embargo la disciplina es una herramienta básica en la formación de una persona responsable y estable, así que es muy importante tener unas normas y límites bien definidos y exigir que todos los respeten.
Estos son algunos puntos que nos pueden ayudar con la disciplina, no solo como padres de familia, sino también como docentes, en el salón de clase:
Ayudarles a expresar sus sentimientos. Si un hijo adolescente le pega a un hermano menor, es importante preguntarle por qué lo ha hecho, y pensar en otras formas de desahogar su enfado
Expresar reconocimiento cuando su hijo adolescente logra comportarse como es debido. Si llega a casa a la hora acordada por ejemplo, darle las gracias. Si obtiene buenas notas en la escuela, darle la enhorabuena
Permitir que participe tu adolescente cuando se fijen normas nuevas. Esto no sólo será una forma de enseñarle el arte de la negociación (algo que le servirá durante toda su vida), sino que le implicará de tal forma que se sentirá más obligado a cumplir con las reglas. Además, si nota que no eres intransigente y estás dispuesto a escuchar su opinión, aprenderá a hacer lo mismo.
Dar ejemplo. Si un padre o una madre le grita a su hijo adolescente, está enseñándole indirectamente que es una opción válida en caso de desacuerdo, en vez de enseñarle negociar o debatir. En vez de gritar, pare y cuente hasta diez antes de hablar y enseñarle a tu hijo a discutir de forma sosegada e inteligente. Los gritos solamente alejarán más a su adolescente.
Darle alguna margen de decisión en el momento de organizar las tareas que debe realizar. Sentarse con su hijo, papel y lápiz, explicarle todas las tareas domésticas, y decidir conjuntamente cuáles serán sus responsabilidades
Ser siempre justos. Los padres somos humanos, y a veces nos exasperamos y imponemos una regla nueva o un castigo porque estamos cansados o hartos. Hay que evitar esta situación, pensarlo muy bien antes de introducir nuevas reglas o cambiar una existente, y explicar de forma sosegada el motivo a tu adolescente
Ser muy consistentes y firmes. Por ejemplo, si la norma es hacer los deberes antes de jugar a la playstation, es importante ser inflexible y no cambiarlo nunca, incluso si tu adolescente llega a casa con amigos. Cuando tu adolescente aprende que no vas a ceder, dejará de insistir (aunque esto puede tardar años y supone uno de los aspectos más agotadores de ser padres de adolescentes). Si cedes, tu adolescente cuestionará no sólo esta norma repetidas veces, sino otras también
Ser fiel a tus principios. Probablemente has escuchado muchas veces estos típicos reproches de hijos adolescentes: "Siempre soy la primera que se tiene que ir a casa"; "Pues los padres de Pedro le dejan hacerlo"; "Los padres de Marta la dejan hasta las 12.00...". Y es fácil tener la tentación de ceder. Pero todos tenemos nuestros propios valores, y es importante que nuestros hijos adolescentes aprendan a respetar los nuestros. Explícales que todos somos distintos, y cuando protestan y dicen que ojalá su familia fuese distinta, respira hondo y recuerda que ésta es una reacción típica en los adolescentes y realmente no piensan así. Simplemente forma parte de la adolescencia cuestionar el sistema que les sigue controlando e intentar mover los límites.
Analicemos entonces que es lo que falta en casa… y como docentes que puntos debemos estar  de acuerdo con los padres de familia para que nos funcione adecuadamente la disciplina en el salón de clase.


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