Sociedades por la Educación en todo el mundo

miércoles, 24 de octubre de 2012

PROPUESTA DE INICIO PARA ESCUELA DE PADRES



En el colegio en el cual laboro, se ha descubierto la importancia de vivir una educación integral, donde no se atienda sólo a los alumnos, sino también a padres de familia. Por esta razón se ha iniciado desde el ciclo escolar pasado lo que conocemos como escuela para padres. El resultado ha sido benéfico tanto para ellos como para sus hijos.

Les comparto ahora la sesión inicial de dicha escuela. Me parece una muy buena propuesta sobre todo en estos tiempos en los que parece que luchamos contra corriente. La educación debe hacer en complicidad con los padres de familia. No pueden realizarla sólo los maestros o los padres de familia, deben ser ambos.

Estos fueron los puntos de la primera reunión, espero poder compartirles también las otras sesiones.

1.   Bienvenida e introducción: crear un clima de confianza y acogida para con cada uno de los padres de familia que participan

2  Dinámica “Canasta revuelta”, donde el objetivo es romper el hielo y favorecer una mejor comunicación

3.    Familia y Autoestima: es el tema central del día.


La familia puedes ser el sitio donde encontramos amor, comprensión y apoyo; el lugar donde podemos refrescarnos y recuperar energías para enfrentar con mayor eficacia el mundo exterior.

TIPOS DE FAMILIA
Familia nutricia: la gente demuestra su afecto y respeto por la vida. No temen correr riesgos porque todos los miembros de la familia saben que, al arriesgarse, existe el peligro de cometer errores: que dichos errores son una señal de crecimiento.

Las expresiones faciales son las relajadas. Cuando reina la calma, esta es pacífica, no es la tranquilidad que provoca el miedo y cautela. La gente demuestra su amor al hablar abiertamente y escuchar con atención, ser franca y real con los demás, y permanecer unida.
En una familia nutricia, es sencillo asimilar el mensaje de que la vida y los sentimientos humanos son más importantes que cualquier cosa.

Familia perturbadora o conflictiva: los miembros de la familia se ven aquejados de males físicos, dolor de cabeza, espalda u hombros. Los cuerpos de la gente manifiestan sufrimientos; los cuerpos se vuelven rígidos, tensos o encorvados. Los ojos miran hacia el suelo y más allá de la gente que está  enfrente.  La familia parece estar junta por obligación.
La gente se limita a tratar con los demás: están tan ocupados en el trabajo que rara vez entran en contacto  real con otros miembros de la familia.

Las familias conflictivas crean personas conflictivas y contribuyen así a la devaluación del yo, situación que está muy relacionada con el crimen, las enfermedades mentales, el alcoholismo, la drogadicción, y muchos problemas sociales.

Todas las personas que tiene una posición de poder o influencia en el mundo, fueron niños algunas vez. La forma como este individuo utilice el poder aprenderá muchos de lo que haya aprendido de la familia durante su desarrollo.

Cuando comiences a percibir conflictos de tu familia, te darás cuenta de que cualquier cosa que haya ocurrido en el pasado se debió  a que no sabías actuar de otra manera.
Una familia conflictiva puede convertirse en nutricia. La pregunta es ¿cómo hacerlo?
  1.          Primero: es necesario reconocer que tu familia, en ocasiones, es una familia conflictiva.
  2.      Segundo: necesitas perdonarte por los errores del pasado y darte la oportunidad para cambiar, con la conciencia de  que las cosas pueden ser distintas.
  3.          Tercero: adoptar alguna medida para iniciar el proceso de cambio.

AUTOESTIMA

La autoestima es la capacidad de valorar el yo  y tratarnos con dignidad, amor y realidad. Todo individuo tiene un sentimiento de valía, ya sea positivo o negativo.

“Cuando me siento bien conmigo y me grado, hay magníficas posibilidades de poder enfrentar la vida desde una postura de dignidad, serenidad, fortaleza, amor y realidad”.

Por otra parte, si una persona se desprecia o se siente limitada, el yo se debilita hasta convertirse en una víctima derrotada por la vida. “Si no me he negado me devalúo y castigo”. Enfrento la vida desde una postura de temor e impotencia, creo en un estado en el que me siento víctima y actúo en consecuencia. Tal estado psicológico hace que la persona sienta que no cuenta, que perciba la constante amenaza  del rechazo. Autoestima baja.

Una de persona que no sabe valorarse espera que los demás- la esposa, el marido, un hijo o una hija- sean los responsables de asignarle un valor.

Al amarnos estamos mejor capacitados para amar al prójimo. Si uno no se ama ¿cómo podrá amar a los demás? El amor de uno mismo es una declaración de valor; cuando sé valorarme, puedo amar a los otros concediéndoles un valor igual. Pero cuando me desagrado, mis sentimientos hacia los demás serán de envidia o temor.

Una autoestima  fuerte es el medio que nos permite ser más humanos, saludables y felices, crear y conservar relaciones satisfactorias y ser individuos adecuados, eficaces y responsables.

Cuando una persona se quiere, no hará algo que pueda lastimas, devaluar, humillar o destruir a sí misma o a los demás y no responsabiliza a otros de sus actos. Por ejemplo: quienes tiene aprecio de sí mismo y no se perjudican utilizando drogas, alcohol o tabaco, ni permiten que los demás los maltraten emocional o físicamente. Quienes no se aman se convierten en instrumentos de odio y destrucción.

Análisis de dos hechos humanos

Primer acto: todos tenemos huellas digitales y cada grupo de huellas es único, pertenece solo a una persona. En verdad soy el único que es exactamente igual a mí en todo el mundo. Por lo tanto tengo la garantía de ser distinto, en algún sentido, de todos los demás.

Segundo acto: todos los seres humanos poseemos los mismos ingredientes físicos elementales; pies, cabeza, brazos,  etc., y estos son iguales en relación a los demás. Por lo tanto,  soy como todos los demás en algunos sentidos.

Entonces, también soy único, soy diferentes e igual a los demás en muchos sentidos.
Estas perspectivas tienen gran importancia para el desarrollo de la autoestima. Cada persona es un descubrimiento; es imposible que forjemos moralmente a un individuo siguiendo la imagen de otro. Esto significa que no podemos pretender que un  niño viva a la sombra de la imagen de su progenitor, y viceversa.

El niño que llaga al mundo no tiene pasad, no sabe cómo cuidarse, no cuenta con una escala para cuidar su valor. El bebé depende por completo de las experiencias de las otras personas, así como sus mensajes sobre el valor que tiene como individuo.

Los acontecimientos externos tienden a reforzar los sentimientos de valía o inutilidad que el niño aprendió en el hogar. El niño confiado podrá superar muchos fracasos, tanto en la escuela como con sus compañeros,  el niño de baja autoestima experimentará muchos éxitos pero siempre tendrá la duda de su verdadero valor.

Cada palabra, expresión facial, ademán o acto de su progenitor, envía al niño un mensaje de autoestima. Muchos papás no se percatan de los mensajes que envían.

Los sentimientos de valía solo pueden fortalecer un ambiente en el que puedan apreciar las diferencias individuales, donde el amor se manifieste abiertamente y los errores sirvan de aprendizaje.

Por el contrario, los hijos de las familias conflictivas, a menudo tiene sentimientos de inutilidad, crecen como pueden con una construcción “torcida” reglas inflexibles, críticas por sus diferencias, castigos por sus errores y sin experiencia alguna en el aprendizaje de la responsabilidad. Estos niños tienen el riesgo de desarrollar conductas destructivas contra sí mismos y los demás. Gran parte del potencial individual se entorpece cuando sucede esto.

Por fortuna es posible elevar la autoestima del individuo, sin importar su edad o condición. Debido a que el sentimiento de valía fue aprendido, es factible desaprenderlos e integrar un nuevo conocimiento en su lugar.

Siempre existe la esperanza de que cambie la vida, porque tienes la capacidad de aprender cosas nuevas. Todo depende de nuestra voluntad de aferrarnos a ciertas actitudes. Los primeros pasos son: conocer que existe la posibilidad de un cambio y comprometernos a él. Algunos aprendemos con lentitud, pero todos somos educables.

Cuando logro reconocer que soy un ser único, con las semejanzas y diferencias de los restantes seres humanos, dejo de comportarme con los demás y, de ese modo, dejo de juzgarme y castigarme.

Así puedo aprender más sobre mí. Muchas personas actúan como si pensaran que la semejanza crea amor, la diferencia crea diferencia  y dificultades. Con este punto nunca nos sentiremos plenos; siempre tendremos la sensación de estar divididos. Todos los seres humanos confluyen en la base de su igualdad y crecen sobre el fundamento de sus diferencias.

Al respetar todas las partes de la personalidad y tener la libertad de aceptar dichas partes ponemos los cimientos para edificar la autoestima; si actuamos a la inversa, estaremos desafiando la naturaleza. Muchos hemos creado grandes problemas al ser incapaces de comprender que somos seres únicos. En vez de aceptar esto, hemos de ajustarnos a un molde para parecernos a todos los demás.

Algunos estilos de criar a los hijos se basan en la comparación y la conformidad, y esto, casi siempre, provoca una baja autoestima. Un fundamento importante para la autoestima es la aceptación  de nuestra exclusividad. Es importante que los demás padres de unan en el descubrimiento de su personalidad.

Quizá el mayor desafío para los padres será no abrigar prejuicios sobre el niño; en vez de ello los padres deben aceptar el hecho de que la planta será única en su especie. Deben recurrir al tiempo, la paciencia y la observación para conocer al tesoro que ha llegado al mundo.
Puntos que permiten fortalecer la autoestima de los hijos:
  •        Aprendan a ser conscientes de sus caricias. Digan al hijo lo que siente.
  •              Aprendan a tomas conciencia de la expresión de su mirada. Después reconózcala.
  •           Diferenciar con exactitud entre los acontecimientos que fueron provocados por el niño y los que tienen relación con los demás.
  •           Cuando tu cónyuge y tú tengan una discusión ambos deben explicar al niño por turnos, lo que está ocurriendo. Esto tiene especial importancia cuando alguno de los dos ha utilizado el nombre del niño. Los bebés no saben diferenciar el contexto del acontecimiento, y el acontecimiento del yo, a menos que alguien le ayude.
  •            Hablarles directamente: poniéndolos en su nivel visual, utilizando su nombre, sus caricias y una cuidadosa enunciación de los pronombres “yo” y  “tú”. Al hacer esto, el padre debe dedicar algún tiempo a centrarse y estar presente para el niño. Esto permitirá el contacto total con el pequeño.

El efecto más destructor para la autoestima es el producido por los adultos que avergüenzan, humillan o castigan a los niños a causa de una conducta inadecuada.

Un yo amado y valorado aprenderá con facilidad las nuevas conductas. Los adultos son iniciadores, maestros y modelos de la autoestima.

Si un día, todos amaneciéramos con una elevada autoestima, nuestro mundo sería muy distinto. La gente podría tratar a los demás, y así misma, con amor, bondad y realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario