Durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y
Porfirio Díaz, los dibujos de cráneos y esqueletos acompañados de textos que
criticaban de forma burlona la situación del país así como de las clases
privilegiadas se volvieron populares entre la población y se empezaron a
reproducir en periódicos llamados de “combate”. Entre los grabadores que destacaron
con su trabajo de “calaveras” se encontraban Constantino Escalante, Santiago
Hernández, Manuel Manilla y, por supuesto, José Guadalupe Posada, quien en
sus obras acentuó el carácter festivo y desenfadado del pueblo mexicano. El arte de Posada fue diverso, a través
de sus “calaveras” retrató la esencia de los pesares y alegrías del pueblo que
vivía grandes diferencias sociales durante el Porfiriato. Actualmente, éstas
son relacionadas directamente con el Día de Muertos, sin embargo también
representan la interpretación de la vida de la sociedad de aquella época.
Calaveras vestidas con ropas de gala,
bebiendo pulque, montadas a caballo, en fiestas de la alta sociedad o de un
barrio… todas para retratar la miseria, los errores políticos, la
hipocresía de una sociedad, como es el caso de “La Catrina”. Bautizada originalmente como “La Calavera
Garbancera”, José Guadalupe Posada realizó un grabado en metal para criticar a
quienes eran conocidos precisamente como “garbanceros”, es decir, aquellas
personas que tenían sangre indígena pero pretendían ser europeos, renegando de
sus raíces y de su cultura. La calavera de Posada no tiene ropa, sólo un
sombrero. Así su autor criticaba a aquellos que querían aparentar un estilo de
vida que no les correspondía. No cabe duda de que la obra de Posada influyó
en artistas posteriores, entre ellos a Diego Rivera, quien le dio a “La
Catrina” el nombre y la forma con que hoy la conocemos. Fue él quien la pintó
por primera vez vestida dentro de su mural Sueño de una tarde dominical en la
Alameda Central.
La palabra "catrín" definía a un
hombre elegante y bien vestido, el cual iba a acompañado de alguna dama con las
mismas características; este estilo fue una imagen clásica de la aristocracia
de fines del siglo XIX y principios del XX. Es por ello que, al darle una
vestimenta de ese tipo, Diego Rivera convirtió a la “La Calavera Garbancera” en
“La Catrina”.
José Guadalupe Posada apuntó: "La
muerte, es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre,
toda la gente acaba siendo calavera". A pesar de ello, las calaveras que
el imaginó y grabó están vivas en el imaginario de México.
hola Angeles antes que nada un cordial saludo, cuidate mucho y eso de las catrinas muy interesante.
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