COMUNICACIÓN CON NUESTROS
HIJOS ADOLESCENTES
Conseguir una buena comunicación con los hijos adolescentes es una tarea importante, pero a la
vez complicada. Por una parte, suele ser dificultoso para ellos manifestar con
palabras aquello que piensan y sienten, resultándoles más fácil, en muchas
ocasiones, expresarse mediante acciones, con determinados gestos y actitudes
(como, por ejemplo, dar un portazo o llegar tarde a casa). Y por otra, los
adolescentes suelen tener una relación especialmente compleja con los padres,
ya que a la vez que continúan necesitándolos y dependiendo de ellos en muchos
aspectos, también tienen la necesidad de diferenciarse de los mismos y empezar
a construir su propia identidad. Por este motivo, será natural que se muestren reservados,
cuestionen, se nieguen y pongan a prueba lo establecido hasta el momento por
sus progenitores.
Para
propiciar una buena comunicación entre padres e hijos adolescentes, se pueden
tener en cuenta las siguientes sugerencias:
· Los padres deben
transmitir mensajes claros, que eviten los malos entendidos y la confusión y
que faciliten poder cultivar una relación de confianza y sensación de control
entre los miembros de la familia.
· Hacer que el
adolescente se sienta escuchado, mostrarle interés y atención y darle la
oportunidad de exponer su opinión, evitando los discursos unidireccionales. Es
importante terminar las frases con expresiones que inviten a mantener la
comunicación (como, por ejemplo, “¿qué piensas tú?”).
· Dar importancia
a los temas de los que habla, teniendo en cuenta que para él, en su momento
vital y situación, pueden ser temas fundamentales.
· Se debe tener en
cuenta que es más probable que un chico adolescente busque hablar con alguien
que sepa que respetará su intimidad, no divulgará la información tratada y no
se molestará o escandalizará si se le cuenta algún secreto o confidencia.
· Es importante
dedicar tiempo exclusivo para el hijo, por ejemplo acompañándole a algún lugar
o compartiendo con él alguna actividad de su interés, dentro de la que tenga la
posibilidad de expresarse, si lo desea.
· No se debe
entrar en diálogos forzados o interrogatorios que no respeten la intimidad del
chico o su deseo de no hablar en ese momento. Es aconsejable aprovechar
ocasiones en las que éste se muestre accesible o en las que se produzca un
clima favorable para una comunicación natural, estableciendo una relación
basada en la confianza y la proximidad emocional.
Los padres deben utilizar un tono de voz amable,
positivo y cercano. Es conveniente evitar una posición excesivamente
autoritaria y facilitarle también las razones o los motivos por los que se le
está pidiendo algo, poniendo un límite, etc. Puede ser de utilidad darle la
posibilidad de revisar conjuntamente determinados límites o normas, negociando
con él nuevas concesiones o flexibilizándolos. Este hecho propiciará un mayor
compromiso por parte del adolescente, a la vez que le facilitará el desarrollo
de habilidades de comunicación y negociación.
· Es recomendable
reconocerle lo positivo, elogiarle cuando hace algo deseable por iniciativa
propia.
· Ante situaciones
de desacuerdo o conflictivas, el adolescente también debe poder razonar su
postura y defender su propio punto de vista. No se le debe gritar ni perder el
control delante del él, ya que este hecho lo alejará más y le ofrecerá un
modelo de actuación no deseable. Tampoco mostrarle indiferencia o desatenderlo.
Es preferible aplazar la conversación a otro momento si se percibe que se está
entrando en esas dinámicas.
· Es importante tener
en cuenta que también es habitual que el adolescente busque la confrontación o
intente provocar con determinados comentarios o actitudes. En estos casos, el
adulto no debe entrar en la provocación y siempre debe responder con calma y
autocontrol.
· La comunicación
entre ambas partes siempre debe ser desde el respeto, evitando la humillación,
las amenazas, el ridículo o los insultos.
· Los padres deben
mostrar una coherencia entre lo que predican y lo que practican, dándole
ejemplo para otorgar credibilidad a su postura. Así, no se debe pedir algo al
adolescente que alguno de los padres no esté dispuesto a hacer.
· Hay que tener en
cuenta que en todas las familias hay momentos en los que es necesario abordar
temas delicados, como los relacionados con la sexualidad o el consumo de
alcohol o drogas. Evitar estos temas o negarlos facilita que los adolescentes
busquen esa información en otras personas o en fuentes no fiables o
falsas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario