UNA ATMOSFERA POSITIVA
Sin duda
alguna podemos decir que uno de los aspectos fundamentales que debemos tomar en
cuenta para nuestra labor educativa, es crear un entorno favorable para nuestros alumnos tanto en la escuela, en
el aula, en la familia así como en la sociedad que reditúe en un mayor aprendizaje
y desarrollo de ellos.
Cada uno de nosotros debemos de buscar las estrategias adecuadas para proveer un ambiente adecuado en donde los estudiantes se sientan seguros, que no tengan el temor a participar en cada una de las actividades que programemos, en donde su relación con sus compañeros sea cordial y de respeto, tratando de fomentar permanentemente los valores que día a día se han ido perdiendo.
Cada uno de nosotros debemos de buscar las estrategias adecuadas para proveer un ambiente adecuado en donde los estudiantes se sientan seguros, que no tengan el temor a participar en cada una de las actividades que programemos, en donde su relación con sus compañeros sea cordial y de respeto, tratando de fomentar permanentemente los valores que día a día se han ido perdiendo.
Debemos de estar conscientes que nuestra labor es con la finalidad de formar alumnos que vayan desarrollándose con un sentido de integración colaborativa, tomando en cuenta sus ideas bajo un marco de respeto.
Generar este
tipo de espacios para nuestros educandos es propiciar su participación,
estimular su creatividad, alimentar sus fortalezas, sus intereses y habilidades,
es ofrecerles oportunidades reales para que se involucren en un futuro en
aquellas decisiones que los afecten como individuos y como grupo en un medio
cada vez más difícil.
Sin embargo es importante mencionar que para lograr o establecer lo anterior, es necesario tener en cuenta que nuestra actitud también deberá ser positiva, firme y con límites de conducta con la intención de fortalecer y estimular la colaboración de los padres o tutores y así ellos también puedan contribuir al desarrollo y formación de sus hijos.
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