"Paradigma Conductista"
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De acuerdo con el enfoque del Paradigma Conductista, el proceso
instruccional consiste básicamente en el arreglo adecuado de las contingencias
de reforzamiento, con el fin de promover en forma eficiente el aprendizaje del
alumno. Cualquier conducta académica puede ser enseñada de manera oportuna, si
se tiene una programación instruccional eficaz basada en el análisis detallado
de las respuestas de los alumnos y en el cómo serán reforzadas. El propio
Skinner en el texto de la Tecnología de la enseñanza (1970) lo dice de modo
explícito: “La enseñanza es simplemente la disposición de las contingencias de
refuerzo).(1)
Otra característica propia de este enfoque es el supuesto de que la
enseñanza consiste en proporcionar contenidos o información, es decir, en
depositar información (con un efectivo y pormenorizado arreglo instruccional)
sobre el alumno, la cual tendrá que ser adquirida por él. El
programador-profesor, cuando estructura los cursos y hace los arreglos
contingenciales de reforzamiento mencionados, está interesado en perfeccionar
la forma más adecuada de enseñar conocimientos y habilidades (contenidos) que
el alumno se supone habrá de aprender. Otra vez el enseñado aprende más de
prisa que aquel a quien no se le enseña. (2)
Finalmente hay que señalar que para los conductistas (a pesar de que
en ciertos programas de aplicación transgredieron esto que vamos a decir más
adelante) refieren que la enseñanza debe estar basada en consecuencias
positivas (reforzamiento positivo) y no en procedimientos de control aversivo
(como el castigo y otros).
Metas y Objetivos de la Educación: Los conductistas sostienen que la
educación es uno de los recursos que emplea la sociedad para controlar la
conducta humana. La escuela como tal tiene dos funciones esenciales: transmitir
los valores y patrones culturales e innovar los mismos, en las instituciones
escolares actuales, se atiende a la primera de estas funciones, por ende es
necesario hacer de los alumnos personas creativas y respetar su propia
individualidad.
Concepción del alumno: A pesar de destacar que el sujeto de la
instrucción que los conductistas conciben y desean promover es un alumno
activo, de acuerdo con el concepto de instrucción que ellos aceptan entender.
La participación del alumno, por tanto, está condicionada por las
características prefijadas del programa por donde tiene que transitar para
aprender. El alumno es visto, entonces, como un sujeto cuyo desempeño y
aprendizaje escolar pueden ser arreglados o rearreglados desde el exterior (la
situación instruccional, los métodos, los contenidos, etc.,) siempre y cuando
se realicen los ajustes ambientales y curriculares necesarios. Basta entonces
con programar adecuadamente los insumos educativos para que el aprendizaje de
conductas académicas deseables sea logrado.
Durante cierto tiempo, y de manera particular en la gran mayoría de
las intervenciones realizadas por los conductistas en las aulas escolares, se
habían orientado a fomentar en los alumnos
la docilidad, el respeto a la disciplina impuesta y por ende la
pasividad. En forma implícita se privilegiaba la concepción de un alumno “bien
portado” en los salones escolares, que de manera simple adquiría hábitos
socialmente aceptables, los cuales en la mayoría de las veces no estaban
precisamente asociados con las verdaderas conductas académicas.
Concepción del maestro: En esta perspectiva el trabajo del maestro
consiste en diseñar una adecuada serie de arreglos contingenciales de
reforzamiento para enseñar, ha señalado que en esta aproximación, el maestro
debe verse como un “ingeniero educacional y un administrador de contingencias”
(Keller 1978). Un maestro eficaz debe ser capaz de manejar hábilmente, los
recursos tecnológicos-conductuales de este enfoque (principios, procedimientos,
programas conductuales) para lograr con éxito niveles de eficiencia en su
enseñanza y sobre todo en el aprendizaje de sus alumnos.
Concepto de Aprendizaje: El tópico del aprendizaje ha sido una de
las categorías más investigadas por los conductistas. De hecho, para ellos,
gran parte de la conducta de los seres humanos es aprendida como resultado de
las contingencias ambientales. El aprendizaje es entendido de manera
descriptiva como un cambio estable en la conducta o como diría el propio
Skinner (1976) “un cambio en la probabilidad de la respuesta. (3). De
donde se sigue que si es de nuestro interés lograr que un alumno adquiera o
incremente (aprenda) un repertorio conductual, es necesario utilizar los
principios y/o procedimientos, dentro de los cuales el más importante es el
reforzamiento.
De acuerdo con este punto de vista, cualquier conducta puede ser
aprendida, ya que se considera que la influencia del nivel de desarrollo
psicológico y de las diferencias individuales es mínima. Lo verdaderamente
necesario y casi siempre suficiente es identificar de manera adecuada las
determinantes de las conductas que se desean enseñar, el uso eficaz de técnicas
o procedimientos conductuales y la programación de situaciones que conduzcan al
objetivo (la conducta terminal).
Metodología de la Enseñanza: la propuesta prototípica del enfoque
conductista para la instrucción es la denominada enseñanza programada. Esta es
la opción que propuso Skinner (1970) para convertir la enseñanza, hasta
entonces vista como un arte, en una técnica sistemática.
La enseñanza programa según Cruz (1986), es el intento de lograr en
el aula escolar, los mismos resultados del control conductual alcanzado en los
laboratorios, usando los principios conductuales.
La enseñanza programada es una técnica instruccional que tiene las
siguientes características, reportadas por Cruz.
1.
Definición explicita de los objetivos
de programa.
2.
Presentación secuenciada de la
información según la lógica de dificultad creciente, asociada al principio de
complejidad acumulativa.
3.
Participación del estudiante.
4.
Reforzamiento inmediato de la
información.
5.
Registro de resultados y
evaluación continua.
La enseñanza programada se ha asociado
comúnmente con las maquinas de enseñanza. Instrucción asistida por computadora,
al grado tal de considerarse que la primera no puede realizarse sin las
segundas.
Psicología Educativa I
L.P.S Rosario Fátima Diz Ramírez ME.
Verano 2011.
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