El Diálogo y la Tolerancia
En este tema se da una fuerte presión, incluso mediática, sobre el sistema de educación, al que se concibe como principal causante de problemas muy graves que aquejan a nuestra sociedad. Un proyecto común de trabajo debe desarrollar, entre otros aspectos, la participación de la familia en la escuela, la participación de la escuela, en el entorno y viceversa, y la presencia de la empresa, el municipio y las asociaciones en la misma escuela, colaborando y sin invadir los ámbitos de actuación.
Si la socialización de las generaciones más jóvenes tiene como objetivo procurar su inserción en la dinámica social, la dinamización de los mecanismos de participación debe ser uno de los aspectos prioritarios. En este sentido, lo mismo que la familia busca la integración en el entorno al que pertenece, la escuela debe trabajar para que la formación de habilidades, actitudes y valores del alumnado sea reflejo de las necesidades y de la realidad del entorno. Un entorno que, a su vez, también está obligado a buscar los mecanismos de inserción en lo educativo, para facilitar que las personas jóvenes terminen integrándose en la comunidad.
Por otro lado, los valores están estrechamente ligados a la forma de sociedad que tenemos. La capacidad crítica, la solidaridad, la tolerancia, la igualdad, la libertad, la resolución dialogada y participativa de los conflictos, la postura ante diferentes expresiones de violencia (política, sexista, etc.) forma parte de una educación cívica, social y política del individuo que debe ser abordada desde la perspectiva de la educación en valores y del fortalecimiento de las habilidades cognitivas. Se trata de un objetivo que parte de una intensa reflexión en torno a la necesidad de promover un consenso social y en la delimitación de las funciones de los diversos agentes socializadores en la transmisión de los valores.
Tenemos entonces como conclusión: El reto actual de la escuela es ir más allá de su cometido académico o formativo, entendido de forma estricta, y asumir una labor educativa en el desarrollo de habilidades, actitudes y valores.
El necesario conocimiento del entorno ha de complementarse con el aprendizaje de estrategias de habilidades que permitan a las personas jóvenes adaptarse con mayor facilidad al constante cambio en el que se verán inmersos a lo largo de su vida.
La educación en valores, habilidades, actitudes constituye una de las claves de la labor educativa.
Si, considero de suma importancia poner tolerancia en nuestras relaciones, en el diálogo y que este se preste de la mejor manera. Pues no se trata de imponer, sino de comenzar escuchando...
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